Palavra do Dia

domingo, 16 de octubre de 2011

Primera carta al amado que se somete a su feudo: el temor

Quiero hacerte el amor, aunque sea con ambos iris que se dilatan de tanto calor cada vez que te tengo frente a mí, con prendas, pero desnudo en mi imaginación, con océanos de temor que se convierten en puro mar de placer desde el primer beso que te doy.

Te necesito tocando mis pechos color rosa, saboreándolos como si fuesen helados de sabor en extinción.

Tus labios, son los únicos a quienes les permitiré mojar mi cuerpo entero, aquel que posee este corazón que vibra y se comprime cada momento que no te encuentro dispuesto hacia mí...

Quisiera me escuches, deseo escuches mis llamados mentales de total exaltación gritando fuerte por un gemido de amor...

Deseo saber que me deseas con cada pensamiento que pueda brotar de tu interior, como aquél día que no pudiste más que tocarme la espalda porque temblabas debido a tu alto grado de aprensión al pensar perderme, pero no me perderás, no si haces lo que realmente quieres, no pienses más y deshónrame dejando de lado tu sumisión cuántas veces quieras, si eso te hará tomarme y convertir tu cuerpo en uno junto a mío... Necesito me hagas el amor…

2 comentarios:

  1. y esperando que el deseo que venza al miedo para arriesgar hasta la vida...

    ResponderEliminar