Palavra do Dia

domingo, 11 de octubre de 2009

Primer y Cuarto mandamiento… ¿bien estructurados?


Según la Biblia, al honrar al padre y a la madre todo nos irá bien y tendremos más vida en la tierra. Se dice que si no los honras puedes llegar a fracasar y que hay una promesa de por medio, la cual indica que todo esto se hace: “Para que te vaya bien”. Pienso que el hecho que te vaya bien en la vida y de que todas tus metas y triunfos como persona y profesional, no pueden derivarse por completo de las honras ofrecidas a los seres que te dieron la vida. Muchas personas que aman a su familia muchas veces están sufriendo, incluso con ellos mismos, todos incluidos en el dolor y la pena. Es preciso, según mi punto de vista, tener claras las cosas en cuanto a lo que se pueda realizar, tomando en cuenta que el éxito o el fracaso dependen de lo que hagamos nosotros mismos, por nosotros, y con amor. Si bien es cierto, deberíamos amar a nuestros padres, esto muchas veces no resulta por diversas situaciones, por ejemplo: ¿qué ocurre si te tocó como padre a un miserable que en algún momento abusó de ti?, pues jamás lo podrías amar aún si te pide disculpas por su error, así se confiese y predique la palabra, la herida causada jamás será eliminada ni de tu cuerpo, ni de tu mente; allí ya no importarían las explicaciones, sólo el hecho es lo que contaría. Cabe dejar en claro, que los abusos no solo se pueden dar de forma física, muchos padres maltratan a sus hijos de forma psicológica: los insultos, los gritos y todas aquellas expresiones de tortura, suelen ser futuros dirigentes de malas acciones que los propios hijos podrían adoptar con sus padres, las cuales podrían ser excusadas. Afirmo que la obediencia que le puedes ofrecer a tus padres, es la expresión, el fruto del amor que puedes sentir por ellos; por tanto, si no hay amor: ¿qué les ofreces? Ahora, ¿qué pasa cuando ellos no cumplen con sus responsabilidades de padres, y únicamente se concentran en su vida como si fuesen ellos solos?, ¿en serio tendríamos que velar por ellos cuando se encuentren viejos y necesitados?, en realidad no encuentro obligación o motivos sensatos para hacerlo. Por su parte, en la Biblia esta plasmado que el dios Yahvé se enoja cuando sus hijos no honran a sus padres, puesto que él también es padre, pero, nada se puede obligar a hacerlo sin voluntad ni amor propio. Se dice también, que este mandamiento no sólo se centra en el respeto que se debe ofrecer a los padres, sino también a los profesores, dirigentes e incluso a los sacerdotes, pues todos ellos son autoridades. Sin embargo, considero que a todas estas personas no se les debería respetar por el hecho que sean mayor que nosotros o porque la sociedad lo ha impuesto de esta forma; todo esto debe brotar sin necesidad siquiera que se diga, pues si amas a tus padres, sería ilógico pensar en hacerles mal; por el contrario, lo que un hijo lleno de amor buscaría sería complacerlos y agradecerles por todo lo que hacen por él y por su bienestar integral. Con respecto a los sacerdotes, puedo decir que siendo igual de humanos como nosotros, merecen un respeto; no por ser mayores, no por ser religiosos, sino porque son personas; y, si en efecto han hecho todo lo relacionado con lo que evocan, pues deben ser admirados y hasta tomados como modelos a seguir.

Lo previamente expuesto está relacionado con nuestro entorno físico, nuestros padres son visibles a los ojos nuestros. Pero ¿qué hay acerca del padre celestial? Si se dice que puedes llegar hasta al fracaso al no honrar a tus padres biológicos, entonces ¿qué tan fuerte se puede pronunciar el castigo con aquellos seres no creyentes en un padre celestial, del cual, se dice creó hasta a los padres de tus propios padres? Con esto es estar convencido que el amar a dios implica reconocerlo como algo supremo incluso a uno mismo, como que nadie vale más que él solo. Alguna vez escuché que si no estas con dios, estas perdido, en la nada e incluso hasta por el mal camino. Sinceramente, yo no se si esto se pueda confirmar en la vida real, pues muchas personas simplemente optan por hacer cosas que les satisfaga espiritualmente sin la necesidad imperiosa de afiliarse a un dios. Estas personas, como es el caso mío, no admitimos las inconsciencias de las cuales somos testigos a diario. Claros ejemplos de esto se pueden citar al no cuidar el ambiente, no se puede atrofiar el único lugar conocido que hasta ahora tenemos para habitar; además, las atrocidades avisadas a diario por los medios de comunicación, nos ilustran claramente el mal trato y las desconsideraciones con el prójimo. Por ello, estoy segura que no preciso de un dios que perdone aquello que es inconcebible para el amor en general. Con lo expuesto, no me siento ni mayor ni menor a otras personas, pero tampoco me siento igual de inconsciente que otras. Del mismo modo puedo afirmar que siendo no creyentes, mucha gente arma su vida en función a lo que ellos mismos anhelan para sí con sus propios fundamentos e ideologías, lo cual no debe, por ninguna razón, ser considerado como incoherente o descabellado. Otra afirmación con la que no concuerdo es que debemos amar a dios porque él nos amó primero. Esto suena más a un amor convenido que a uno real. Si al ofrecer amor no recibes exactamente lo que buscabas, tampoco vas a hacer el mal por esta causa; al contrario, se debe demostrar que ese amor es puro e incondicional, ¿no es de eso pues de lo que se trata? Amar sin condiciones es lo más hermoso que se puede ofrecer, siempre y cuando esto sea por voluntad propia, bajo ninguna conveniencia de salvación, de perdón o de promesa. Frente a todo esto, en realidad me gustaría saber qué es lo que piensan las personas del África sobre el primer mandamiento de la ley de dios y su iglesia. Hago mención a esto porque, como ya se sabe, la gente allí sufre y no lo hace por estaciones, esto está latente a diario. Las personas son víctimas de hambre, enfermedad, guerra y muerte; en serio me cuestiono si con todo esto deberían amar a dios sobre todas las cosas. Puede que esto sea para algunos como un vínculo que los una más con su fe y todo lo relacionado a su creencia, pero el sufrimiento puede ser tan exagerado que hasta quizá ni se acuerden de una religión o dios que en serio los proteja. De verdad quisiera saber.

Reflexiono y veo que en realidad se me hace muy fácil pensar en dónde no puedo encontrar a dios en mi vida y en mi planeta. Esto me hace cuestionar aún más su protección, de la cual algún día, cuando niña, me sentía guiada. De igual forma, esto me hace suponer una vez más, que si estoy aquí en un ahora y no en un antes o en un futuro, es definitivamente por algo. Las casualidades no existen, y si reflexiono sobre el amar a dios sobre todas las cosas, es porque no lo siento necesariamente así; del mismo modo, al pensar en honrar a mis padres para tener éxito y más vida en este planeta, me parecen en serio pura conveniencia que no sirve para construir personas; por el contrario, forma gente sometida que debe “amar” para no ser castigada y maldita por su creador.
Lovindark <3

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