¿Es día de ayer o de hoy?

No sé qué me pasa cuando lo veo.

Siento gusto, temor, ansias, intensos deseos de experimentar los más extraños entes...

Últimamente, me pasa que, cuando pienso mucho en una persona, consigo verla instantes después. Aquello me emociona, pero también me pone algo frenética.

Justo hoy habíamos quedado en vernos, pero jamás se dijo dónde ni a qué hora; sin embargo, ocurrió justo al irme al trabajo.

Yo detesto vestirme con ropa formal, pero por las cosas que tengo que hacer, aquello es requerido. Él es un hippie que conocí a la salida de una discoteca en Barranco, aproximadamente a las tres de la mañana. Recuerdo que estba con su amigo fumando hierba en un parquecito. Días después, nos volvíamos a ver y acordábamos el día y hora de nuestro próximo encuentro..., pero la última vez no quedamos en nada, y como él no tiene ni celular, entonces pensé que no lo volvería a ver a menos que fuese yo quien tocase su puerta.

Había despertado realmente confundida hoy.

Estuve leyendo por horas una novela el día anterior y sin haberlo decidido, quedé dormida soñando la continuación de aquella historia...

Me despertó un diálogo muy interesante, el cual no era precisamente un diálogo de palabras, sino de gemidos. Cuando abrí los ojos, no sabía si era hoy o ayer, y menos si era día o noche - es que duermo en un altillo que es oscuro a cualquier hora del día -. Escuché gritos, que mezclados con los gemidos de mi sueño me asustaron. Levanté de inmediato y por alguna razón desconocida fui corriendo al baño, había decidido tomar una ducha...

El agua estaba realmente fría. Me dí cuenta que era de día y que era hoy. Pero igual me preguntaba: "¿Es día de hoy o de ayer?

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Planeamos vernos ese mismo día por la noche, justo después de llegar del trabajo. Me despedí de Darla y fuí a mi altillo a ver si mi gato aún me esperaba. Apenas entré, me quité los tacos y me puse a caminar en panties, vi a Camila, le di un beso entre sus orejas. En cinco minutos estuve nuevamente cambiada. Tomé mis llaves, agenda y celular, y salí a su encuentro. Lo vi en la esquina, parecía como si llevase mucho tiempo esperando por que lo vi dando vueltas al rededor de un teléfono público, ví la hora para asegurarme de no haber llegado tarde; estaba justo a tiempo. Dije entones: "Hey!" y volteó enseguida. Me dio un duradero abrazo para luego mojarme las mejillas. Decidimos caminar un rato por el malecón, era ya tarde, todo el mundo estaba durmiendo. las calles se veían hermosamente vacías, me encantaba aquella oscura soledad en las pistas, ambos comentamos acerca de ello, queríamos tomar fotografías, pero ninguno había llevado consigo alguna cámara. Fuimos entonces hasta el malecón, apreciamos la tranquilidad del mar, todo estaba asombrosamente estático, sobretodo, aquello que está siempre en movimiento. Nos pusimos a fumar, recuerdo que de pronto, casi sin notarlo, empezamos a alucinar cada vez que nos pasabamos la pipa... reíamos y lo volvíamos a hacer.

Dos horas después, felices de lo que nos hizo tanta hierba, me propuso ir a su cuarto... Sin dudarlo dije que sí. No era la primera vez que iba. De hecho, ya había ido desde el segundo día que lo ví, pero me sentía algo desorientada, tan desorientada que pensé me llevaba a otro lugar, lo cual iba a estar igualmente bien.

Al rato, sinceramente no recuerdo después de cuándo empecé a escuchar música de Bob Marley. Empecé a reir y a cantar; de pronto recordaba todas las letras...

Nos reímos,

bailamos,

nos miramos,

nos tocamos,

nos besamos...

Me abrazó,

lo abracé,

me besó,

lo besé...

Lo hicimos...

El reggae, su respiración, mis gemidos y nuestra energía se mezclaron con mis alucinaciones y mi sueño... me confundí... sabía que era de amanecida, pero no sabía si era la de hoy o la de ayer...

Lovindark